12 mayo 2007

MALDITOS ROEDORES...


Cuando me encargaron que hiciera un reportaje sobre ellas, no imaginé que me iban a fascinar tanto. No pensaba que fueran listas, sociales y organizadas. Sólo sabía que eran nuestras enemigas y que debíamos mantenerlas a raya.

Fue un veterinario experto en zoonosis y responsable de la lucha contra las plagas en Barcelona el que me contó algunas curiosas peculiaridades de esas temibles mickey mouse que viven bajo nuestros pies.

Tantas como habitantes

De entrada, cualquier gran ciudad, por muchas medidas que tome, tiene siempre en el subsuelo tantas ratas como habitantes. Y eso suponiendo que se coloque raticida para mantenerlas bajo control.

Pero con ellas no funciona cualquier veneno. ¿El motivo? Es que las ratas son tan espabiladas que si alguna de ellas ve a una compañera muriéndose mientras come un cebo envenenado, ya no se acerca después a esa comida tóxica.

Como el hombre es aparentemente más listo, inventó el veneno con anticoagulante. La rata come, y repite, y vuelve a probar, hasta que al cabo de un cierto tiempo, y ya lejos del veneno, empieza a encontrarse mal y se muere de una hemorragia interna. Sus compañeras no descubren el motivo del fallecimiento y prueban también el cebo.

Convivencia

Pese a todo, las ratas se reproducen tan rápidamente, que no hay veneno suficiente para matarlas a todas. Ni tampoco existe flautista alguno que se las lleve con la música a otra parte. El secreto está en conseguir una coexistencia digamos que tolerada. Mientras ellas no suban...

Este veterinario me contó también que nunca hay que plantarles cara. Normalmente, las ratas tienen miedo y huyen ante el más mínimo riesgo. "Si alguna vez te encuentras con una de cara, en una habitación por ejemplo, no la acorrales, ella debe tener siempre una salida", me contó.

Y para ilustrar el consejo recordó el caso de un empleado municipal que trabajaba en las cloacas que intentó dar una patada a una rata, pero ésta le clavó los dientes en su enorme bota de goma y se quedó enganchada. El drama fue conseguir librarse de ella...

Comida por el desagüe

También me explicó el porqué de tanta rata bajo las ciudades. Miles de personas las alimentan sin saberlo arrojando la comida por el desagüe y el inodoro. Ellas lo saben y se limitan a esperar y a comer.

Pero mientras sigan encontrando la comida allá abajo, no subirán a buscarla.

2 comentarios:

Ana dijo...

Ay madre!! Tú y esos bichos que nos rodean en el subsuelo...
Te podían encargar reportajes sobre algo menos repugnante, claro que a este paso te estás especializando en "esos amigos invisibles"

Luciérnago dijo...

Ya dicen que al enemigo es mejor conocerlo para evitar sorpresas... De hecho esta fauna urbana que tantas fobias genera siempre despertó mi curiosidad. Y los reportajes fueron una oportunidad para acercarme con una buena coartada. De todas formas, cuanto más lejos mejor. Gracias por tu post y por inclurme en el link, aunque yo me adelanté je je