UNA SÁBANA PARA SOÑAR
Hace un par de semanas, el programa Hablar por hablar de la Cadena Ser nos atrajo impulsivamente hacia los auriculares o los altavoces. Un hombre, jubilado él, muy campechano, llamó para explicar lo indignado que estaba con un amigo al que le había confiado que él se lo hacía con una muñeca hinchable. El amigo infiel comenzó a airear su secreto en el barrio. Ante la estupefacción de la locutora Cristina Lasvignes, sus chatines y decenas de miles de oyentes, aquel simpático buen hombre comenzó a explicar sin tapujos las ventajas y sobre todo la compañía que le ofrecía la muñeca. El momento álgido de la entrevista se produjo cuando el anciano reveló cómo un día, que quiso mantener calentita a su compañera, ésta estalló al rozar el brasero. Tras el susto inicial, corrió a buscar otra y con ella sigue. Y parecía feliz...
La soledad puede abocar a soluciones desesperadas. Quién sabe si el jubilado de la muñeca tiene miles de anónimos imitadores que susurran palabras cariñosas a una hinchable siempre atenta y solícita. Muchos consideramos normal hablarle a los animales. Algunos menos lo hacen con las plantas. También hay quien conversa con las fotos, las paredes y hasta con la comida... Si así superan su incomunicación, ¡adelante!
Para los que se sienten solos en la cama, una revista para hombres ha lanzado una promoción de lo más original. Es ésta:
Falta ahora que una revista femenina apueste por ponernos a George Clooney en pijama al otro lado de la cama, con su cara en la funda de la almohada. Y si no, mejor, que otra publicación regale a dos supermodelos, hombre y mujer, o hombre y hombre, o mujer y mujer, en la misma sábana. Así, seguro que hay parejas que hasta se animarían a taparse con esos cuerpos prestados dispuestos a soñar e imaginar en buena compañía.
¡Buenas noches!
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