23 febrero 2007

"¿DÓNDE ESTÁ EL MUERTO?", GRITÓ CARLOS

El día que nos llamaron a la Redacción para avisarnos de que habían apuñalado al dueño de un bar del Casc Antic, podría haber sido el último de mi existencia. De entrada, tuve la desgracia de que aquella noche Carlos (nombre supuesto, para no ofender) fuera el fotógrafo de guardia.

Bajamos la Via Laietana en su flamante moto BMW. Yo, de paquete. Sin que me diera cuenta, se saltó el primer semáforo en rojo. Parecía que éramos nosotros los de la ambulancia. Cuando se disponía a cruzar también en rojo los siete carriles de la Gran Via tuve que gritarle que, si no paraba, saltaría de la moto en marcha.

Entrada triunfal en el bar

Al llegar al bar, había varios policías interrogando a los testigos en la calle. Dentro, sentada en una silla, una mujer recibía consuelo de un par de personas. Carlos, presa de su propia excitación profesional, desenfundó la cámara y se puso a gritar: "¿Dónde está el muerto? ¿Dónde está el muerto?".

Nunca olvidaré el grito desgarrador que dio la mujer: "¡Mi marido ha muerto! Ahhhh". Y los policías se miraban confundidos entre ellos y nos repasaban al fotógrafo y a mí con cara de odio. "Pero si no ha muerto, señora", intentó aclarar uno de los agentes.

Se acabaron las fotos. Nos sacaron del bar y nos identificaron. Nos tuvimos que volver de vacío a la Redacción sin otra historia que contar que la nuestra, que aún no había terminado...

La llamada

La noche siguiente, sonó mi teléfono. "Hola. Soy el muerto", me dijo una voz, justo antes de ametrallarme con insultos. Su mujer y su hijo le habían explicado el numerito del bar, mientras él estaba convalenciente por una herida de arma blanca en el hospital.

Yo sobreviví y Carlos sigue haciendo fotos como si nada. Volvimos a tener sustos. Tantos, que ya no quiero hacer más reportajes con él. Os los contaré en próximos posts. Seguro que entonces me entenderéis.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenísimo! Estoy impaciente por leer tus aventuras con el temible Carlos. Saludos.
Xavier

Luciérnago dijo...

Muchas gracias. Habrá nuevas historias. Todas, rigurosamente ciertas. Y algunas, mejores que ésta. Un abrazo.